martes, 16 de diciembre de 2025

El imperativo categórico de Kant, según James Rachels

 

Crédito de imagen: Imperativo categórico de Wikimedia Commons/ CC BY 4.0


Para Kant las reglas morales son absolutas; este principio se conoce como imperativo categórico. La norma ética debe cumplirse sin excepciones sin importar las consecuencias.

El imperativo se refiere al deber u obligación interna o externa que siente la persona. En el imperativo hipotético, la persona se lo impone a sí misma por sus deseos. En el imperativo categórico, la fuente de la obligación es moral: el deber frente a los demás, “la regla es que debes ayudar a la gente sin importar tus deseos particulares” (Rachels, 2006, pp. 191-192). El imperativo hipotético se basa en el deseo, mientras que el categórico se basa en la razón. 

Por otra parte, ¿cómo podemos saber si un acto es moralmente admisible? Para Kant, debemos estar dispuestos a aceptar que todo el mundo siga esa norma siempre (Rachels, 2006, p. 193).

“Kant pensaba que el imperativo categórico es vinculante para los agentes racionales simplemente porque son racionales, en otras palabras, una persona que no acepta este principio sería culpable no sólo de ser inmoral, sino también irracional” (Rachels, 2006, p. 201).

Las reglas absolutas y el deber de no mentir

Kant sostenía que “mentir en cualquier circunstancia es la ‘destrucción de la propia dignidad como ser humano’” (Rachels, 2006, p.194). Sin embargo, Rachels no está de acuerdo con Kant: “es permisible mentir cuando al hacerlo salvara la vida de alguien” (p. 196), como en el caso de un inocente cuya vida puede salvarse con una mentira, tal como ocurrió con muchas personas que se salvaron de la persecución nazi. Kant argumentaba de que no hay certeza de que la mentira vaya a salvar al injustamente perseguido y, en segundo lugar, que no somos responsables de las consecuencias de cumplir con nuestro deber.

La idea de la dignidad humana

Kant consideraba que el ser humano ocupa un lugar especial en la creación, ya que tiene un valor intrínseco, es decir, dignidad, porque es un ser racional y libre, capaz de elegir sus metas y tomar sus propias decisiones. “Puesto que la ley moral es la ley de la razón, los seres racionales son la encarnación de la ley moral misma” (Rachels, 2006, p. 206).

En consecuencia, el ser humano es un fin en sí mismo y no un medio. En ningún caso debe ser utilizado. Si queremos ayudar o intervenir en la vida de una persona, es para ayudarla a alcanzar sus propias metas (Rachels, 2006, p. 207).


Bibliografía:
Rachels, James (2006). Introducción a la filosofía moral. México: Fondo de Cultura Económica.

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